lunes, 28 de agosto de 2017

Verso que te escondes

En el anverso
de mi mano izquierda
se esconde un verso
que mi mano derecha
necesita escribir.

En el fondo de la lágrima
que llora mi ojo izquierdo
está la fuente de tinta
que mi pluma anhela
para escribir ese verso.

En un jardín que aún no nace
está el rosal
que hace brotar la rosa
donde vive la musa
que en mi alma poética
hará brotar ese verso.

Y yo estoy aquí:
en el lado opuesto
de donde se esconde
ese verso,
sin haber llorado la lágrima
de mi ojo izquierdo,
en un desierto
donde no nacen jardines,
sin conocer la rosa,
ni sus pétalos,
ni a la musa;
y para colmo de todo,
en un lugar donde
nadie cree en las almas;
y menos,
en un alma poética.


@SolitarioAmnte / viii-17




Somos dos y somos uno

Tu mirada danza
al compás de mis pupilas
que te miran y te admiran
devorando tu luz
y comiéndote viva.

Mis ojos se anticipan
al tacto de mis dedos
a mis labios
a mis besos furtivos
a la humedad de mi lengua
que nace, se embriaga
y se deshace
en el albaricoque de tu piel.

La luz de tu rostro
me acaricia
con su sonrisa de luna
y la luna de tu ombligo
me lleva a su lado oscuro
y somos dos y somos uno.

Tus pechos son mis dientes
mi lengua son tus pechos
me succionan y me vierten
en sus valles de azahares
y somos dos y somos uno.

Y cantas y cantas
melodiosa armonía
que seduce mis sentidos
me susurras me murmullas
y me acunan tus gemidos.

Me gesta tu vientre
y en tu entrepierna
soy siembra y soy fruto
soy playa y crepúsculo
soy alba y soy sol...

Y somos dos, y somos uno.


@SolitarioAmnte / viii-17


jueves, 10 de agosto de 2017

Del amor y otros mitos

Y aquí estamos,
par de conquistadores inconquistables;
yo tan Alejandro Magno,
tan Darío,
tan Gengis Kan,
tú tan Reina de Amazonas,
tan Cleopatra,
tan Helena de Troya;
y yo tan caballo de madera.

Par de deidades
con pies de barro,
yo tan Zeus del Olimpo,
tú tan Frigg vikinga,
tan Valquiria,
tan Venus de Milo;
y yo tan Sansón sin melena.

Si soy centauro tú eres sirena,
si soy Perseo tú eres Medusa,
si soy sol tu eres luna.

Tan grandes y tan pequeños,
tan todo y tan nada,
tan nuestros y tan ajenos,
tan siempre y tan nunca.

Y aquí estamos.
Par de conquistadores incoquistables.
Tan mitológicos como lo nuestro.


@SolitarioAmnte / viii-17



lunes, 7 de agosto de 2017

Setenta y siete

Hay unas manzas rojas
que enrojecen
ante el rojo de tus labios.

Hay un rocío
un sonido en gotas,
un tintineo,
unas punzadas
en la mente,
unas agujas;
setenta y siete agujas,
clavadas en el músculo
cardiovascular.

Hay una rasgadura
y unas dentelladas,
setenta y siete dentelladas
que vuelven a ella
cada vez que llueve,
cada vez que me llueves.

Hay un mar
lleno de setenta y siete
océanos de nostalgia;
y un velero,
sin viento a babor ni estribor,
sin proa ni popa,
sin mastil,
sin velas,
y sin casco;
y setenta y siete tiburones
que desangran mis carnes.

Hay un cadáver
y hay buitres negros,
setenta y siete buitres negros
que devoran hasta su alma.

Hay un hombre,
y setenta y siete otoños
partidos por la mitad
que han llovido
sus hojas
a la espera de una mujer,
no cualquier mujer,
esa mujer,
la mujer.


@SolitarioAmnte / viii-17




martes, 1 de agosto de 2017

Quizás, te diga adiós

Y te esfuerzas por escribir
en las páginas del destino,
─que parecen en blanco─
con una pluma necia
que dibuja versos rimbombantes
que para ti dicen todo lo que sientes;
y para algunos dicen algo,
y para muchos es como oir llover,
y para ella no dicen nada.
Y con esa tu terquedad,
aras en el mar,
haces castillos en el aire,
persigues el conejo de Alicia,
y hasta combates molinos de viento
que nunca fueron tus enemigos.

Con el tiempo notas
que todo lo que escribes
en esas páginas se evapora
y emergen las verdades palabras
que estaban escritas para ti,
como con tinta invisible.
Y quizás ese adiós
que ahora emerge
es y era inevitable,
inquebrantable e irreparable.
Y notas que está escrito
con la misma caligrafía del adiós
que hace tiempo,
pero hace tanto tiempo, nos dijimos;
un adiós sin lágrimas,
pues las primaveras
aún no habían
roto todas sus promesas,
y los soles de multitud de veranos
aún estaban por nacer,
para luego morir, como siempre.

─No es nada personal ─me dices.
─Se nos fue la vida deshojando margaritas ─reflexionas.
─Es destino ─concluyes.


@SolitarioAmnte / viii-17



Reminiscencia de Invierno (parte VII – final)

Ese lunes por la mañana Salvatore llama a Alessandra camino a su trabajo. Le dice que es vital conversar esa misma tarde. Le pide que salga...

Cristales rotos