esos momentos brillantes
y a veces tenues
de tu tierna infancia;
luego,
todas tus luchas de adolescencia,
y todas las penalidades
de esa fatigosa adultez
que te ha agobiado
con el peso de incontables toneladas;
cuántos problemas han gravitado hacia ti
como si fueses un imán bipolar
que atrae y repele por ambos lados a la vez...
y cargado de dolor y de empática aflicción
he regresado a tus primeros meses de vida,
donde lloras por la angustia de tu devenir;
te he acariciado las mejillas,
he dibujado una sonrisa en tu rostro,
he rozado gentilmente los lóbulos en tus orejas,
y te has dormido profundamente
acunado en mis brazos,
con un beso mío en tu frente...
me he ido con fast forward a esos instantes
en que te has hundido en los más oscuros abismos
de tu existencia;
y rodeado por mis brazos
te he dado palmadas en la espalda,
te he repetido que todo va a estar bien;
que tarde o temprano esbozaré un camino frente a ti
y tú pondrás los adoquines con cada paso que des;
un sendero que finalmente te lleve a buen destino.
Guardo cada una de tus lágrimas;
las de tus sollozos en la alborada,
las de tus ayeres,
y las de todos tus mañanas
en un frasquito pequeño;
y las vierto continuamente
en todos los manantiales,
los ríos, los lagos,
los océanos y los mares.
Cada una de tus células muertas
las recojo en un pomo
para con ellas llenar de pétalos
las flores de todas las primaveras
que han de venir.
Cada uno de tus latidos
son el motor de mi reloj de bolsillo,
lo observo
en cada uno de los segundos de tu vida;
y hoy te garantizo que estaré allí,
cuando el reloj se detenga,
cuando vivas el último de tus segundos,
cuando expires y vuelvas a mí;
a mí,
que te di aquel primer hálito de vida...
cuando eso suceda,
abriré el cristal de tu tiempo,
el que he guardado en mi reloj,
y liberaré toda la luz
de los instantes que has existido;
los verteré en alguno
de los infinitos espacios oscuros
que a veces, se me ocurre crear;
y serán,
la fuente inagotable de resplandor
de todos sus luceros.
Y no, no te he creado aún;
eres todavía un sueño,
un anhelo...
mas cuando lo haga,
dudarás de ello;
pensarás,
que no eres más que un accidente sin propósito;
pero lo haré, te he de crear,
te prometo solemnemente...
que lo haré.
Y serán incontables las veces
que pensarás que yo,
soy solo un sueño;
un absurdo de tu imaginación...
pero no, el sueño eres tú;
producto de una imaginación inagotable,
incalculable, inconcebible.
Y eres todo menos absurdo;
eres un sueño, un anhelo...
mi sueño.
@AljndroPoetry / xi-17
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