A pies descalzos camino,
entre los cristales
de mi corazón roto,
en la habitación de mi alma.
Vacío de tormentas,
inundado de tu ausencia,
vacío de sentires,
colmado de ecos mudos.
El silencio me envuelve
en su manto atronador,
los cristales blandos
se clavan como agujas
en el abismo de mi alma.
No hay dolor,
pero hay un sabor,
dulce amargo claroscuro.
No hay dolor,
pero hay un aroma,
fétida caricia estridente.
@SolitarioAmnte / iii-17
viernes, 16 de junio de 2017
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